Una de las tareas que propongo a las empresas a las que hago coaching estratégico es preguntar a sus clientes potenciales o actuales sus necesidades. Y encuentro una gran resistencia en aceptar este reto. ¿Por qué no gusta a los empresarios hacer unas encuestas a sus clientes para conocer o verificar lo que realmente necesitan sus clientes? Si al final el producto o servicio no resuelve sus problemas o satisface sus deseos, simplemente no lo van a comprar.
