“Soy un empresario/a que no soy perfecto ni puedo saberlo todo”.
- ¿Porqué nos cuesta tanto reconocerlo?
- ¿Qué limitaciones nos aporta creernos empresarios casi perfectos?
- ¿Qué posibilidades nos abre reconocer que no podemos saberlo todo ni ser perfectos?
- Aprender a mostrar nuestra imperfección humana hace que necesitemos a nuestro equipo para progresar. El conjunto de nuestros colaboradores nos hace más fuertes como empresa: cada uno aporta lo mejor de sí mismo, formando un equipo complementario ganador.